Exportaciones de fibra de alpaca y vicuña posicionan a Perú como referente de moda de lujo y sostenibilidad.
La elegancia y el arte peruanos brillaron en uno de los eventos más destacados del año: el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), celebrado en Lima. Durante este encuentro, líderes mundiales como el presidente de Estados Unidos, Joe Biden; el presidente de China, Xi Jinping; y el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, recibieron un regalo único: bufandas confeccionadas con fibra de vicuña, ícono de la moda de lujo sostenible del Perú.
Estas piezas, elaboradas por Incalpaca, no solo destacaron la calidad de los textiles peruanos, sino que posicionaron al país como líder en la industria global de moda de alta gama. “Incalpaca y su marca KUNA demuestran que la moda puede ser un vehículo de cambio positivo para el desarrollo del país y sus comunidades,” señaló Diego Saca, gerente de Marketing de Incalpaca.
Impacto económico y social de la fibra de vicuña
La producción y exportación de fibra de vicuña tiene un impacto significativo en la economía peruana al generar empleo y fomentar la diversificación del sector textil. Además, mediante alianzas de comercio justo, el Grupo Inca asegura precios competitivos para los criadores, promoviendo el bienestar social en comunidades andinas donde la cría de camélidos es una tradición ancestral.
Entre las propiedades únicas de esta fibra destacan su capacidad para regular la temperatura y su transpirabilidad, cualidades que la convierten en un material ideal tanto para climas fríos como cálidos. Estas características han capturado la atención de mercados internacionales, donde la fibra de vicuña es valorada por su exclusividad y origen ético.
“La fibra de vicuña es una de las más valiosas en el mercado de lujo, incluso superando a la cachemira. Su producción limitada y controlada convierte cada prenda en una pieza única, con alto valor simbólico y cultural,” agregó Saca.
La conservación de la vicuña: un éxito peruano
Incalpaca, en representación del Grupo Inca, se comprometió con la conservación de la vicuña desde los años 90, trabajando en colaboración con comunidades andinas y el Estado. Este esfuerzo ha permitido que la población de vicuñas en Perú crezca de 6,000 a más de 350,000 ejemplares.
La empresa es actualmente la única que realiza todo el proceso de transformación de la fibra de vicuña en el país, desde la esquila hasta la prenda final, consolidando su rol como líder en esta industria sostenible y de lujo.
La fibra de vicuña, con su exclusividad y sostenibilidad, sigue conquistando los mercados de Asia, Europa y Estados Unidos, reafirmando el lugar de Perú en la moda global y destacando su compromiso con la conservación y el desarrollo de sus comunidades andinas.