Esta alianza, que supera una década, se reinventa temporada a temporada, convirtiéndose en la colección cápsula más exitosa de la firma española.
La exitosa colaboración entre Desigual y el renombrado diseñador francés Monsieur Christian Lacroix continúa dejando huella con cada lanzamiento, marcando un éxito rotundo con diseños que se convierten en superventas indiscutibles. Para la temporada de otoño - invierno, el célebre couturier nos invita a un viaje imaginario a través de paisajes abstractos, plasmados en evocativos estampados.
En esta colección, los vestidos emergen como las piezas principales, fusionando el collage digital con distorsiones fractales, zooms imposibles y juegos de escalas micro-macro. "Mi objetivo con estos diseños es crear un mundo especial y diferente. Un lugar al que podamos evadirnos constantemente en un viaje imaginario a través del tiempo y del espacio. Si existe el Cielo, lo imagino como una máquina que nos permita trascender esos límites", afirma Monsieur Christian Lacroix.
Apasionado del collage digital, el diseñador confiesa su adicción a crear prints con esta técnica. "Cuando tengo un diseño entre manos, me encanta distorsionarlo hasta convertirlo en algo abstracto y lleno de detalles, algo en lo que podamos percibir cada átomo, como si hiciéramos zoom sobre un mineral o las alas de una mariposa, como si entráramos en el píxel más diminuto y se convirtiera en otro universo", comenta. "Me fascina todo lo digital: si tuviera 20 años hoy, me dedicaría a crear videojuegos", añade con entusiasmo.
Los looks de la colección presentan dos gamas bien diferenciadas. La primera, sobre fondo negro, juega con colores flúor como rosas y verdes, acompañados de notas azules, rojas y ámbar, fusionando flores y sus siluetas con texturas de minerales y manchas de tinta.
La segunda gama, con tonos tierra y acentos ácidos, se inspira en libros ilustrados y colecciones de fotos y postales de Monsieur Christian Lacroix. "Crear estos motivos es una labor muy de niño, porque son literalmente instantáneas antiguas en blanco y negro que he repintado con colores sulfurosos", explica. Aquí, se mezclan paisajes, tapices e incluso animales fantásticos.
"Quiero situarnos en un punto entre lo extraordinario y lo convencional, entre lo fantástico y lo real; en una parte del mundo que limite con dos universos en contraste. Quiero llevarnos a un lugar del que yo esté enamorado, para que luego viajen a él las personas que usen estas prendas. De ahí nace algo que comparto con Desigual: esa voluntad de ir más allá en términos de color, de estampados y de diseño", concluye el couturier sobre estos fascinantes diseños.